Coco Chanel, el
cambio de la vestimenta femenina
Es necesario
comprender el aspecto de la vestimenta de la mujer, con la venida de la Primera
Guerra Mundial 1914-1918 y la nutrida participación de las mujeres en el ámbito
laboral, comenzó a surgir en las mujeres algunas necesidades para sentirse más
cómodas de acuerdo al aspecto mental
físico y estético, investigaciones como la de Anne- Marie Sohn señala:
“la new woman intentaba conquistar su
identidad y su autonomía” [1], es
decir que ella misma ya no se veía como la mujer de los siglos pasados, ni
en la posición social, económica ni
cultural; fue innegable que después de
la Primera Guerra Mundial se provocaran
cambios, tanto en la mentalidad de las mujeres como seres capaces de lograr una estabilidad social y
económica a base del trabajo, así como
una liberación de las anticuadas costumbres que pesaba sobre sus hombros que una
de ellas fue la vestimenta.
Antes de la Primera Guerra Mundial 1914-1918,
en La Belle Époque “se valoraba que la moda surgía y cambiaba
para buscar remedios y soluciones en función de las necesidades de una época, y
era la expresión de la cultura y de la sociedad”[2] es
como la moda y el aspecto físico tiende a cambiar para el periodo de guerra y
posguerra.
La vestimenta según la crónica de La psicología de la ropa puntea es: “ El vestido humano es un
objeto de investigación o reflexión de gran belleza, un hecho completo cuyo
significado convoca al mismo tiempo a una historia, una economía, una
etnología, una tecnología e incluso una lingüística”[3], es
decir, que el vestido manifiesta expresiones de varias disciplinas, trae
consigo impregnado aspectos característicos
de la época; en este caso el de nuestro interés es la vestimenta de las
mujeres en la vida beligerante y después de ella.
Pero previamente tenemos que
conocer la vestimenta anterior al periodo de la batalla, en la obra Iconos de la moda: el siglo XX a cargo
de Gerda Buxbaum, establece que;
A
principios del siglo XX, la mujer se erguía consciente de su dignidad envuelta
en la fastuosa coraza de sus vestidos, con la figura comprimida para formar una
grotesca <S>: el pecho se forzaba hacia
delante en una curva sinuosa mientras el trasero se exageraba y su
curvaba en el sentido opuesto, y todo gracias a un corsé que además
lograba una cintura de avispa y un
abdomen liso. Esta moda obligaba también a llevar faldas fruncidas en las
caderas que se precipitaban hasta el suelo; a sufrir mangas muy largas y
estrechas, cuellos almidonados y excesivamente altos.[4]
Asimismo
en la obra Le costume de la belleza el o que a la derniere guerre, el autor afirma
que:” las mujeres tienen cinturas
estrechas y hombros mejorados y amplios,
plumas y cintas adornan sombreros, son estas que parecen relojes de arena de siluetas delegadas”, con
ello nos damos cuenta que el atuendo más que brindarles comodidad, les
provocaba fastidio y problemas de respiración gracias al corsé, tan apretado que acostumbraban usar; según
Constanza Orozco Vargas, diseñadora textil y escritora, autora de la obra de Coco Chanel: una mujer salida del molde, basándose
en la vida de la diseñadora de alta costura, expone que en los años
preliminares de la Primera Guerra Mundial era una época “ en que la mujer era tan solo un pretexto
para exhibir riqueza. Los motivos complicados, el exceso de accesorios,
encajes, bordados y volantes hacía del vestir en un monumento de arte recargado
y anacrónico[5]
Y en cierta parte es correcto, ya que las telas eran muy caras, así como su
confección, aunque también considerar los altos costos de los
grandes modistas de aquella época, tales como Jeanne Paquin, Lucile, Callot
Soeurs y Paul Poiret.
Enfoquémonos en Paul Poiret, que es conocido
como el hombre que liberó a la mujer del corsé; por la inspiración que causaba
el Oriente en el continente Europeo
referente a sus atuendos confortables, tales como los quimonos, los diseñadores
de aquel entonces adoptan este tipo de prendas, quitando el corsé de la
vestimenta femenina, la cual se propago con gran rapidez siendo adoptado por la
mayoría de las mujeres (Buxbaum; 2007, 18). Así se fueron creando nuevos atuendos, como lo
menciona Buxbaum: “las mangas de corte ancho y los cuerpos cruzados se
incorporaron a los vestidos de noche”[6] lo
que podemos notar es que se suele tomar algunas características de la prenda de
otros lugares para ajustarlos a su gusto y necesidades.
De igual manera Constanza Orozco manifiesta que;
Paul Poiret quiso reformar la moda desde un punto de
vista puramente estético. Creo una línea totalmente innovadora, que se oponía
por completo a la ostentación de la época y suprimió definitivamente el corsé.
Teatrales y de inspiración oriental, sus creaciones eran inconfundibles:
túnicas, pantalones de odalisca, abrigos y chaquetas con corte quimono y las
cabezas cubiertas con turbantes. Sus vestidos eran una explosión de color.
Usaba bordados de inspiración oriental, lentejuelas, perlas, hilo de oro y
plata. Sus telas favoritas eran los satenes lisos o a rayas y los terciopelados
de colores vivos.[7]
Sin embargo a pesar del gran éxito que tuvo
Poiret, antes del comienzo belicoso, una
nueva diseñadora estaba brotando, que posterior a él, ofreció grandes bienestares a las mujeres; y a la llegada de
la Primera Guerra Mundial, Poiret cerro sus tiendas de moda y aunque más
adelante las volvió a abrir no le fue posible adaptarse al nuevo ambiente del mercado
(Buxbaum, 2007: 21).
¿Quién fue la sucesora de Paul Poiret, aquella
mujer que se convertiría en un icono de la moda en el siglo XX? Se trataba de
Gabrielle Chanel, nacida en Saumur- Francia el 19 de agosto de 1883, una
muchacha que fue abandonada por su padre en un orfanato de Aubazine a los doce
años; a pesar de su origen humilde se dedicó a la costura, comenzó a trabajar
en un tienda de confección; consecuentemente dejo el trabajo por causas de
aspecto personal que no son de nuestro interés. El seudónimo de Coco, fue por
una canción que Gabrielle cantaba en un café- concert, ¿Qui a vu Coco?, es por ello que se hizo merecedora del
sobrenombre, haciéndose llamar Coco Chanel, tal y como el mundo la conocería
posteriormente (Orozco, 2007:11- 40).
Antes de su incorporación al mundo de la alta
costura, Coco Chanel comenzó su carrera como diseñadora en el campo de los
sombreros así lo menciona Buxbaum; “sombreros, que eran muy recargados, con
drapeados exageradísimos confeccionados en paño, alpaca de plata,
terciopelo y encaje”[8] por
otro lado Constanza Orozco “Coco poseía un especial para convertir el sombrero
más simple en algo elegante y original casi sin nada”[9], se
trataba de sombreros de paja que compraba y los adornaba sin extravagancias,
adquiriendo un accesorio practico, por
la innovación de ese tipo de sombreros comenzaron a conocer a Coco Chanel.
El pensamiento de Coco Chanel no fue como el de
aquellas mujeres de esa época, siendo tenaz, atrevida, combativa; en esencia
podemos decir que Coco se ve influenciada por su simplicidad en el orfanato en
el que vivió, vistiendo una falda lisa
plisada negra hecha de telas sencillas, que era cómoda y le daba movilidad, de
la que carecían las mujeres de La Belle
Epoque.
[1] Sohn, Marie (1900), “Los
roles sexuales en Francia y en Inglaterra: una suave transición” en Historia de
mujeres, México, ed. Taurus, p.128.
[2] Pasalodos Salgado, Mercedes, “Algunas consideraciones sobre la moda
durante la Belle Époque”, http://museodeltraje.mcu.es/popups/publicaciones-electronicas/2007-indumenta0/Indumenta00-11-MPS.pdf
[3] Barthes, Roland (
1993), El sistema de la moda, España,
Ed. Du Seuil, P. 363.
[4] Buxbaum, Gerda (2007),
Iconos de la moda: el siglo XX, Nueva
York, ed. Electa, p. 189.
[6] Buxbaum, 2007: 18
[7] Orozco, 2005: 58.
[8] Buxbaum, 2007: 14
[9] Orozco, 2005: 42.


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